Un dragón aparece en una cueva, cerca del pueblo. La gente está aterrorizada y San Jorge, el valiente guerrero, llega para salvarlos. Debe destruir al dragón, tal como sucede en todos los cuentos. Pero un chico trata de impedirlo porque conoce las verdaderas intenciones del supuesto monstruo. En este cuento maravilloso, Kenneth Grahame parodia la infinidad de historias de dragones, princesas y justicieros salvadores que pueblan la literatura infantil clásica y crea, fiel a su estilo, una galería de personajes que se destacan por su gracia y humanidad. El cuestionamiento de las costumbres y de lo que se da por hecho pone en evidencia un tema importante para tratar con los chicos: el tema de los prejuicios.